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Jardinear mantiene el cuerpo en forma y la mente ágil

Está probado que sus beneficios son similares a practicar ejercicio físico moderado, como caminar o nadar. Sus cultores comparan el cuidado de las plantas con la crianza de los hijos. (Fuente: El Mercurio)

Sonia Sepúlveda dice que cuando se pone el delantal y los guantes para trabajar en el jardín se transforma. “Me relajo totalmente y me transporto a otro mundo, donde les doy toda mi energía y dedicación a las plantas. Y cuando logro que nazcan nuevas, siento una alegría similar a la de tener hijos”.

Como Sonia, numerosas personas dedican su tiempo libre a la jardinería, una entretenida ocupación que tiene positivos efectos entre sus cultores.

Una investigación de la Universidad de Kansas (EE.UU.) demostró que esta actividad en los mayores mantiene la mente ágil y disminuye el riesgo de demencia, mientras que otro estudio europeo, de la Universidad de Bologna, asegura que sus beneficios son similares a practicar ejercicio físico moderado, como caminar o nadar. “Una de las cosas que comprobamos es que los adultos mayores que hacen sus propios jardines tienen mayor fuerza en las manos y las extremidades, algo que es una gran preocupación a medida que suma edad. Además, jardinear refuerza su autoestima y capacidad de superación”, afirma Candice Zapatero, profesor de

horticultura y uno de los investigadores de la Universidad de Kansas.

Para la psicóloga Carmen Paz Cortés, del Programa Adulto Mayor de Las Condes, no cabe duda de que la jardinería es un complemento de la salud. “El cuidado de jardines ayuda a reducir el estrés, por lo que se recomienda para todos los mayores y se usa especialmente en la rehabilitación de aquellos que tienen problemas del estado de ánimo o algún tipo de discapacidad”.

La buena noticia es que nunca es tarde para aprender a trabajar con las plantas. Alicia Stumpf (82), profesora del Club de Jardines de Chile desde hace 50 años, cuenta que “muchos mayores, ya sean hombres o mujeres, comienzan a dedicarle más tiempo al jardín una vez que jubilan, y allí descubren un mundo en el que no es necesario ser un experto para partir”. Tampoco es importante contar con un extenso patio para disfrutar con esta actividad. Gaby Stegmaier (70) tiene una colección de violetas africanas y una pequeña huerta con ají, cilantro y ciboulette en su departamento en Las Condes. “Si uno vive en altura hay que poner más atención para que no lleguen las pestes o no se debiliten las plantas con el viento, pero con cuidado se pueden adaptar bien a un espacio reducido”, asegura.

Según explica Gaby, este pasatiempo es muy dinámico, ya que brinda entretención durante todo el año. “En cada temporada hay que estar pendiente de algo diferente, como fumigar, podar o trasplantar. Uno nunca se aburre y siempre se puede seguir aprendiendo algo nuevo, ya que conocer bien sobre las plantas es una verdadera ciencia”, dice. Para algunas personas, este hobby también fomenta la amistad.

Carmen Farras (68) cuenta que desde hace seis participa de un grupo de jardinería que surgió espontáneamente después de un taller sobre el tema. “Somos cinco amigas que nos juntamos en el invernadero de una de ellas. Empezamos bien temprano en la mañana y terminamos almorzando juntas. Tenemos una amistad rica, nos celebramos los cumpleaños, y hasta con nuestros esposos salimos de excursión a buscar plantas por los cerros”.

 

Fuente: El Mercurio.